La magia forma parte de Tyria. Y sé que Tyria es grande.
La humanidad ha viajado desde que los dioses nos trajeron a este mundo. He crecido escuchando las leyendas sobre héroes de mi raza, y sobre la existencia de lejanos lugares.
Desde niña he querido conocer cada rincón de este mundo y aprender de él. Pero viajar por él es peligroso.
Soy portadora del don de la magia de los elementos. El Fuego y el Hielo son parte de mi, y he aprendido a usarlos para ayudar a Tyria.
Mis ancestros, fueron tocados también por la maldición y supieron aprovechar aquello a su favor, por ello uso mi segundo don, igual que el primero. Soy capaz de dar vida al fuego… y dar vida a siervos de los cadáveres de mis enemigos.
Hasta ahora me había limitado a aprender y ayudar en cada rincón de Ascalon, pero en mi regreso a la Ciudad tras mejorar mis habilidades en las Catacumbas de la ciudad vi con mis propios ojos como los Charr lanzaban su ataque contra el Gran Muro Norte.
Alcancé el lugar cuando el muro caía, quizás tengamos que huir de la ahora destruida Ascalon pero no lo haremos sin luchar. Quizás no quede nada en Ascalon, por lo que cruzaré el mundo en busca de otras tierras donde podrán asentarse los ahora ascalonianos con un hogar destruido. Los Ravendeath nacimos para luchar y espero que así sea por generaciones.
Tyria: Dragones y Leyendas 