Los Tengu de la tribu de Quetzal eran los habitantes de las Cascadas del Bosque junto con los Centauros. Ambos se repartían toda esta zona boscosa en un pasado lejano, al norte de Kryta.
Aún así, mucho tiempo hacía que esta zona había quedado inaccesible para los habitantes de Tyria. Los últimos acontecimientos y sobre todos las investigaciones sobre el Manto Blanco ha llevado a buscar pistas en esta región, y lo encontrado en ella, es lo que ha dejado bastante sorpresas al respecto.
Mientras que hasta ahora, toda la información obtenida sobre ellos había sido conseguida en la Espesura Abandonada, los pasos nos llevaban ahora a un lugar que en nada tenía que ver con Maguuma, todo lo contrario. El acceso abierto en el Aeródromo de Arco de León, nos llevaría al norte más remoto de Kryta. Al lugar que los que ya habían alcanzado el lugar había bautizado como Bastión del Penitente.
Curiosamente, nada más cruzar el portal la maleza nos rodea y una cascada domina el lugar. No parece haber nada al otro lado, y tras un salto del fe y cruzar el agua cristalina, toda una caverna se abre paso ante nosotros.
Tras pasear por la zona, subimos por una larga pendiente y al llegar arriba del todo la joven asura Erudita Glenna, que está tan confundida como nosotros, trata de informarnos de lo poco que se sabe de la zona. Cuando accedemos al centro de la gruta, llegamos al llamado Patio. Allí una enorme roca circular aparece sujeta con cadenas. La visión es increíblemente impresionante.
Allí es donde aparece Cairn El Indomable, un Constructor de Jade. Sin duda con este nombre, sabemos que el Manto Blanco está detrás de él, dado que es el nombre que ésta facción da a sus jefes más importantes. Lo más curioso y también extraño, no es Cairn El Indomable, sino el extraño objeto que parece vigilar desde arriba: con forma piramidal en color verde, y un ojo vigilante en medio, el objeto es reconocible para aquellos que hemos visto ese mismo símbolo antes: El Ojo de Janthir. Tras acabar con el enorme Constructor de Jade, también el Ojo de Janthir desaparece, entonces es posible avanzar por el único sendero saliendo de la enorme piedra colgante.
Segun se sube la enorme pendiente el camino se cierra, y aparece una construcctión en piedra. Sin duda parece el portón de un enorme Bastión tallado en roca.
Una vez atravesamos la puerta, aparece la indicación de que estamos en El Baluarte, que no es otra cosa que una cárcel en ruinas. Celdas en varios pisos, cuerpos de seres que han sido torturados, así como huellas de que en ese lugar se han hecho atrocidades.
Tras buscar información en los pasillos, así como usar palas para desenterrar objetos, nos movemos entre los pasillos, algunos de ellos bastante derrumbados. Todo apunta a que este lugar es una prisión que los Mursaat han mantenido y en donde han tenido apresadas a bastantes criaturas de todo tipo. Pero todo parece demasiado destrozado como para que sólo el tiempo haya hecho su parte. Algunas barras de las celdas han sido arrancadas de cuajo.
Justo al llegar al centro del Baluarte, y donde parece un lugar creado para la luchas de presos, aparece de nuevo el Ojo de Janthir a vigilarnos, así como lo que parece un Dirigente Mursaat dispuesto a la lucha.
Tras acabar con él se accede a una extraña sala que parece no tener acceso. Está toda a oscuras y da la sensación de que nos teletransportan dentro. Sólo un haz de luz está en su centro y un montón de voces nos hablan como si fueran un reflejo de voces olvidadas que repiten una y otra vez lo ocurrido allí.
Tras salir de ahí accedemos a lo que parece una sala exterior intermedia de la prisión. Podría ser el lugar donde los prisioneros podían ver en cierta forma la luz del sol y respirar aire libre, de no ser porque la sala está repleta de lanzas, y no parece que tengan buenas intenciones al estar clavadas allí.
Justo en este lugar… aparece una criatura enorme, sin duda creado para acabar con todo el que sea llevado a este lugar.
La criatura, armada y a la que llaman Samarog, el Supervisor arremete contra todo. Este ser parecer un prisionero más dentro de este bastión, y era usado por los propios captores no sólo para permanecer allí como uno más, sino para mantener custodiados y controlados a los prisioneros. Por su tamaño es la criatura perfecta en haber creado toda la destrucción del Bastión.
Dado que es evidente que los Mursaat se fueron de aquí y no regresaron, la prisión debió quedar en manos Samarog. Durante toda la lucha, el Ojo de Janthir permanece vigilando.
Una vez Samarog es destruido, la siguiente sala está repleta de bruma, y en su centro hay una estructura en modo de columna gigante. El lugar es llamado El Bloqueo, y mientras en un lado de la sala aparece otra sala enorme en donde sin duda alguna se torturaban a prisioneros, en el otro lado hay un extraño árbol.
En el centro, aparece un enorme pilar y en su centro, un anciano que parece encadenado a un conjunto de cuatro estatuas aladas. El anciano desesperado pide que no le libremos. A la vez, El Ojo de Janthir ha seleccionado al que será su próximo sacrificio. De repente todo el grupo es dividido, una parte es teletransportada a un extraño lugar que aparece el mismo, pero no lo es. Mientras un grupo debe proteger al prisionero, el otro debe romper las cadenas, y ambos han de luchar con el que parece el último inquilino del lugar: Deimos, el Carcelero.
Tras un lucha en dos planos diferentes, y una vez se acaba con él, el prisionero es por fin liberado y con ello también nos es revelada su historia.
El que fuera el fundador del Manto Blanco, Saul D’Alessio, horrorizado por lo que los supuestos dioses hicieron, fue llevado por los Mursaat y nunca más se supo de él. En un principio, éste creyó que veía en los Mursaat a unos nuevos dioses, unos justos. Pero cuando fundó el Manto Blanco comprendió cuán equivocado estaba, fue tachado de traidor y nunca se supo de él… hasta ahora.
Tras la lucha contra Deimos, el Ojo de Janthir desaparece, y el prisionero, un ahora anciano Saul encerrado aquí y mantenido con vida tras tantos años, queda libre.
Glenna se ocupará del cuerpo de Saul, será enterrado y respetado ahora que sabemos como acabó su historia. De momento lo ocurrido aquí quedará en secreto, tanto para la reina como para el Manto Blanco. El Priorato de Durmand se hará responsable de todo y lo hará con absoluta discreción.
Aún así, muchos son ahora los interrogantes y sin duda el más grande es saber si precisamente el Ojo de Janthir que nos ha vigilado hasta la liberación de Saul D’Alessio es responsable de todo, o es sólo un mero espectador más. Es evidente su relación con los Mursaat pero… ¿hasta que punto? En este lugar y durante años, ha estado sacando información y torturando a los prisioneros.
Hoy sabemos que hemos sigo engañados, que Lázaro, el último Mursaat no es quien dice ser. Hemos de buscar más información que aclare además lo visto en este lugar, saber qué papel tiene en todo esto el Ojo de Janthir. En la antigüedad este objeto era usado por el Manto Blanco para localizar a los Elegidos. Precisamente fue Saul D’Alessio quién trajo este extraño artefacto de la lejana Isla de Janthir donde lo encontró y donde al parecer sus habitantes poseen el don de la Visión Verdadera, algo que el propio objeto tiene.
La aventura está en camino.
Nota: Esta pequeña guía de la zona no hubiera sido podido hacerse sin la ayuda de Duhr Chertan, que ha tenido acceso a esta zona del mapa y abierto él mismo a aquellos que no podemos entrar en él.