Forjando Leyendas: El Final del Camino

Todo es un enorme ciclo. Incluso Tyria.

Sólo debo hacer memoria un momento para entender el enorme conjunto.

¿Alguien recuerda cómo comenzó todo esto?

Yo sí, era una novata que tras salir de Bosque Borealis en las Montañas Picoescalofriantes sólo pensaba que quería forjar mi leyenda. Y mientras viajaba por Tyria y descubría lugares en los que jamás había estado, el nombre del Dragón Anciano Zhaitan comenzó a pesar sobre todos.

Había levantado resurgidos en toda la Península de Orr y desde allí lanzó su ataque contra todos nosotros. Para cuando alcancé Orr ya conocía a los Seis Dioses de los Humanos. Sabía quienes habían sido, y cómo antaño tuvieron su hogar en Arah, en La Ciudad de los Dioses, en Ribera Maldita. Y toda la Provincia de Orr estaba repleta de templos en su nombre. Hoy solo podía contemplar el Paseo de los Dioses y el Narthex… pero cada rincón de Orr esconde mucho más.

Una vez fuí miembro del Priorato de Durmand, para poder aprender y luchar contra Zhaitan, también pude tener acceso a otras grandes historias. Así conocería a Trahearne, el primogénito sylvari que acabara uniendo a las tres Órdenes de Tyria en una sola: El Pacto.

Juntos descubriríamos como acabar con el poder del dragón, y juntos uniendo incluso al antiguo Clan Filo del Destino, hicimos caer al Dragón Anciano.

Y para hacerlo, buscamos el lugar en el que podíamos hacerle más daño, y purificamos estas tierras empezando por el mismo lugar en el que los Seis Dioses pusieron por primera vez lo pies en Tyria, en las Aguas Artesianas. Allí tras el ritual con la misma arma que un día se usara para vencer a un liche: Mazdak, El Maldito que también fuera corrompido por ZhaitanTrahearne consiguió hacer en ese mismo instante que Orr comenzara a cambiar. Y todo gracias al arma que el Árbol Pálido le entregara: Caladbolg.

Y entonces, purificamos Orr. Y en un pequeño lugar entre tanta desolación la naturaleza, la vida no corrompida, volvió a crecer.

Hoy Zhaitan ha caído, pero otros han regresado en su lugar. Eso, y otros nuevos peligros que han asolado Tyria. Pero también hoy cerramos un ciclo.

Hemos viajado lejos, hemos alcanzado nuevos lugares. Hemos llegado a los Páramos de Maguuma, para después alzanzar desde allí el Corazón de Maguuma. Hemos cumplido en nuestro tiempo una nueva profecía, la de la Dragona Glint, que dejara un Legado hasta ahora desconocido: un huevo con su extirpe. Tras recuperarlo y cuidarlo, hoy contamos con Aurene, su descendiente. Quizás esta aún joven dragona tenga el mismo poder que tuviera antaño su madre: el Don de Profetizar el futuro.

Hemos vencido a Mordremoth, a costa de la vida de muchos. Hemos acabado con la amenaza de un alzamiento del Manto Blanco que ya antaño quisó imponer su poder sobre la descendencia de los reyes Humanos de Ascalon y de Kryta. Alcanzamos El Archipíelago del Anillo de Fuego buscando respuestas para acabar con la amenaza de dos Dragones Ancianos. Aplacamos el despertar de Primordus, y ahora debemos hacer lo mismo con Jormag, Dragón Anciano como él. Hemos visto a un dios que busca por alguna extraña razón alzarse de nuevo, dándole igual qué arrase en su camino. Ahora sabemos que debemos defender a Jormag y hacer que vuelva a su largo sueño y a la vez, evitar que el dios acabe con nuestro hermoso y único hogar.

Y lo que empezamos hace cinco años en Orr… lo acabaremos en Orr.

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